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Comprender los bordes desiguales al tejer
Cuando tejes un muestrario en punto jersey con tensión uniforme, a simple vista todo parece correcto. Pero al acercarte, un borde se ve claramente más largo y suelto que el otro.

Norman parte de un muestrario en jersey con orillo deslizado para mostrar, en detalle, que la asimetría no es un mito: las “patitas” del borde izquierdo son sensiblemente más largas que las del derecho.

Este es el corazón del problema: cada puntada que formas no solo crea una nueva lazada; también “toma prestado” hilo de otra zona. Ese préstamo, hilera tras hilera, viaja hasta el borde donde ya no tiene a dónde ir… y se acumula.

Visualiza el problema con muestrarios
Comparar distintos puntos ayuda. En punto bobo (todo derecho), los bordes se ven sorprendentemente parecidos. Al cambiar a tejido combinado, la asimetría ¡se invierte!: ahora el lado opuesto se suelta más.

Esto confirma que la dirección de entrada de la aguja y la orientación de la lazada cambian el destino de la holgura. No es capricho: es mecánica del punto.

Consejo pro
- Si estás empezando, revisa con luz lateral o haz fotos macro de tus orillos para detectar bucles agrandados dos hileras por debajo. Un registro visual te ayuda a decidir qué variación repetir. En esta fase, anotar tus combinaciones te permitirá relacionar resultados con movimientos.
 
Atención
- No extrapoles desde una sola muestra corta. Teje un tramo largo por variación: las primeras hileras engañan y el patrón real del borde aparece con repetición.
 
Por qué tus orillos deslizados no son simétricos
El punto derecho, tal como lo ejecuta la mayoría en estilo inglés o continental, entra “de izquierda a derecha” a una lazada que está angulada sobre la aguja. Para alcanzar el hilo, sueles abrir un poco la puntada hacia el costado. Esa microextensión roba hilo a una puntada vecina en una hilera inferior y a la derecha.

Ese pequeñísimo excedente avanza punto a punto, como en una cinta transportadora: con cada derecho, empujas la holgura hacia el borde de la hilera. Al llegar al extremo, no hay más puntos a los que transferirla y el bucle final queda agrandado en la hilera inferior.

Resultado: un borde con ‘lazo’ grande y, del otro lado, un borde que parece más apretado o nudoso. Este efecto se aprecia mejor si exageras el gesto: verás claramente el bucle final hacerse enorme.

Comprobación rápida
- Teje una hilera de derechos concentrándote en tejer muy cerca de la punta de la aguja (no sobre el barril). Reduce la palanca lateral del movimiento y compara el tamaño del bucle final. Esta microcorrección suele atenuar el exceso de holgura.
 
Cómo difieren los puntos del revés
En el revés continental, entras “de derecha a izquierda”. La orientación de la lazada trabaja a tu favor: la entrada está “abierta”, de modo que no necesitas abrir lateralmente la puntada tanto como en el derecho. La puntada del revés puede alimentarse del pequeño puente entre puntos en la hilera, sin saquear tanto a sus vecinas.

Por eso, el revés no activa con fuerza la “cinta transportadora” y suele llevar menos holgura al borde. La asimetría brota de la suma: derechos empujan holgura; reveses, mucho menos.

Desde los comentarios
- Una tejedora notó que su primera puntada del lado opuesto aparecía siempre grande. La respuesta de Norman fue analizar el gesto: o bien transporta holgura a esas puntadas o las estira al formarlas. La observación atenta del movimiento real es el primer diagnóstico.
 
Tejido combinado y asimetría invertida
En tejido combinado, los derechos suelen ir “por la hebra de atrás” y la orientación de la lazada invierte su pierna líder. Eso facilita entrar sin abrir lateralmente tanto la puntada: la cinta transportadora del derecho se desacelera.

Pero en el revés del combinado, tu recorrido de la aguja puede volver a abrir lateralmente la puntada y sí activar la transferencia de holgura. ¿Resultado? La holgura se desplaza al otro extremo: la asimetría se invierte.

Atención - No todas las manos replican el mismo ángulo ni palanca. Dos tejedoras continentales pueden obtener bordes distintos solo por cómo sujetan y alcanzan la hebra. En combinado ocurre lo mismo: observa tu gesto real más que la etiqueta del estilo.

Soluciones prácticas para mejores bordes
Antes de empezar una pieza importante (un chal calado, por ejemplo), prueba opciones y deja que tu muestra te hable. Norman propone variar cómo deslizas el primer punto y cómo trabajas el segundo, hilera tras hilera, para encontrar tu equilibrio personal.
Domina el purl noruego
El purl noruego mantiene la hebra atrás y entra “de derecha a izquierda” con una coreografía diferente. Ventaja: puede activar la misma lógica de transferencia de holgura, pero del lado ‘que te conviene’ según tu mano. Desventaja: en la práctica, a muchas personas les transfiere incluso más holgura que su derecho estándar; podrías cambiar el lado suelto, no eliminarlo.

Consejo pro
- Aprender purl noruego es útil, pero si te duele la mano o pierdes ritmo, no lo fuerces. Tu borde ideal es el que puedes repetir consistentemente durante todo el proyecto.
 
El arte de la muestra: encuentra tu orillo perfecto
Cosecha datos con un muestrario largo. Monta 6–8 puntos y repite hileras probando combinaciones como:
- Deslizar el primero con hebra atrás: del revés, del derecho, o torcido.
 
- Deslizar el primero con hebra al frente: del revés, del derecho, o torcido.
 
- Segundo punto trabajado normal, por la hebra de atrás, o retorcido.
 
La clave: repetir suficientes centímetros por combinación para que el patrón de holgura se estabilice. Etiqueta cada tramo para poder decidir con evidencia.

Desde los comentarios
- Varias personas sugieren tejer el último punto por la hebra de atrás para retorcerlo y “encoger” ese bucle suelto. Es una palanca útil en algunos estilos; pruébala dentro de tu batería de variaciones.
 
Experimenta con variaciones de puntos deslizados
El orillo deslizado luce limpio, pero recuerda: al dar vuelta la labor, la holgura que quedó dos hileras abajo ya está “bloqueada” y el primer punto nuevo no puede cerrarla. Esto explica por qué un lado luce ‘nudoso’ y el otro ‘lacioso’.
Otra alternativa es NO deslizar el primero: tejes el primer punto y, al tejer el segundo, aún estás ‘en línea’ con el borde y puedes robar un poco de holgura de vuelta, cerrando visualmente ese extremo. El resultado es un borde útil para costura, aunque puede sentirse más compacto en una cara.
Comprobación rápida - Teje todo derecho (punto bobo) en una pequeña tira: al haber derechos en ambos lados, la cinta transportadora actúa en ambas direcciones y los bordes tienden a empatar visualmente. Úsalo como control.

Desde los comentarios
- Una lectora propuso tejer en espejo en las hileras de vuelta. Norman respondió que podría ayudar si tu tensión se mantiene pareja, pero también puedes crear nuevas diferencias. Si te intriga, pruébalo en una muestra larga.
 
Abrazar el carácter único del tejido a mano
No todo se puede “arreglar” del todo. Los puntos derecho y revés son imágenes especulares: si uno es más fácil de abordar, el otro lo es menos. Y eso deja su huella en los bordes. Norman invita a aceptar esa limitación y a priorizar la consistencia: rara vez se comparan ambos orillos lado a lado en uso real, y lo que se percibe es un borde coherente, repetido con intención.
Atención
- Perseguir la simetría perfecta a cualquier costo suele dañar lo más valioso: tu regularidad. Si tu borde favorito exige maniobras que no sostienes por 200 hileras, su ‘perfección’ durará 10 cm.
 
Consejo pro
- Mantén el tejido cerca de la punta de la aguja en las últimas puntadas de cada hilera. Ese microhábito reduce palanca y ayuda a no sobreextender la lazada previa.
 
Desde los comentarios
- Muchas personas contaron que, al comprender la mecánica, dejaron de culparse y recuperaron confianza. Una lectora lo resumió: “No somos máquinas; es una artesanía hecha con manos, agujas, hilo y conocimiento”.
 
Recursos para seguir perfeccionando
- Explora orillos: Norman tiene un video con más de 10 variaciones. Úsalo para ampliar tu batería de muestras.
 
- Si te obsesionan los orillos en talón de calcetines, considera tejer de regreso sin girar o ajustar la entrada para minimizar agujeros en un lado.
 
- Etiqueta fotos de tus muestras con la combinación usada (p. ej., “deslizo 1 purlwise con hebra al frente; último punto por la hebra de atrás”). Esa trazabilidad acelera tu aprendizaje.
 
Comprobación rápida
- ¿Tu borde bobo luce pareja en ambos lados? Señal de que tu gesto de derecho está bien controlado. ¿En jersey se descuadra? Enfoca el diagnóstico en cómo entras al derecho en las últimas 3–4 puntadas.
 
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Glosario express aplicado
- Cinta transportadora: metáfora para el traspaso de holgura con cada derecho hacia el final de la hilera.
 
- Orillo deslizado: deslizas el primer punto sin tejer; luce limpio pero puede bloquear holgura que quedó dos hileras más abajo.
 
- Tejido combinado: derechos por la hebra de atrás y reveses envueltos distinto; invierte dónde se acumula la holgura.
 
- Purl noruego: técnica de revés con la hebra atrás; puede cambiar dónde se suma holgura, pero no garantiza simetría total.
 
Desde los comentarios
- Sobre herramientas, Norman indicó que las agujas moradas del video eran de vidrio hechas a medida. Si buscas puntas afiladas, prioriza el control del gesto antes que perseguir un modelo específico.
 
Nota práctica: palabras y equipos
- Aunque la charla es sobre tejido a dos agujas, si vienes del bordado o de máquinas, quizá te suene familiar la idea de controlar y fijar la tela antes del trabajo. A otro nivel, es el mismo principio: controla el entorno, documenta la variación y evalúa el resultado. En ese espíritu, algunas crafters se inspiran en accesorios como magnético bastidor de bordado para pensar en ‘sujeción constante’, o en sistemas tipo embroidery hooping station para estandarizar pasos repetibles. No lo necesitas para tejer, claro, pero la metáfora es útil.
 
Comparaciones útiles cruzadas
- Si vienes del mundo de los bastidores, sabrás que hay marcos con imanes que “capturan” la tela de manera pareja. Esa idea de sujeción uniforme es lo que tratamos de imitar con hábitos como ‘tejer cerca de la punta’ y repetir exactamente el mismo orillo. Piensa en la transferencia de holgura como si el borde fuera un imán que atrae lo que empujas en cada derecho. Herramientas de bordado como magnético bastidores de bordado o soluciones tipo snap hoop monster llevan esa filosofía a otra disciplina; aquí, tu herramienta eres tú.
 
Enfoque de experimentación
- Define una hipótesis (p. ej., “si deslizo con hebra atrás y retuerzo el último punto, el lazo final reduce su tamaño”). Teje 10–12 repeticiones, mide visualmente, decide si apruebas. Documenta igual que harías al probar un marco como mighty hoop o una estación tipo bastidor de bordado master en bordado: repetir, observar, ajustar.
 
Cierre inspirador
- Una pintora no busca simetría perfecta, busca armonía y ritmo. En tejido, la armonía es tu gesto consistente. Acepta las pequeñas diferencias como parte del encanto de lo hecho a mano. Si un lado de la bufanda tiene un nudo más firme y el otro un lazo más abierto, que sea una decisión, no un accidente. Y si no puedes evitarlo del todo, que sea tu huella digital tejida.
 
Guarda esta guía, vuelve a tus muestras y, cuando encuentres tu orillo favorito, ponle nombre y repítelo. Tu futuro yo te lo agradecerá.
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Apunte extra para crafters multitarea
- Si alternas disciplinas, quizá te interese cómo la noción de “magnético” inspira el control de borde. En bordado a máquina, recursos como magnetic y mighty hoops estabilizan; en tejido a mano, tu estabilizador es un conjunto de microgestos repetidos con intención. Esa es la mejor ‘máquina’ que tendrás jamás.
 
